22 marzo, 2010

Mensaje de la Directora General del la UNESCO, con motivo del Día Mundial del Agua 2010: “Agua limpia para un mundo sano”.

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El agua es fundamental para la vida en la Tierra. Para que los grupos humanos y los ecosistemas puedan prosperar, esa agua debe ser limpia, permanecer limpia y, más importante aún, debe estar al alcance de todos.

El Día Mundial del Agua 2010 tiene por lema “Agua limpia para un mundo sano”. Al celebrar este Día Mundial, examinemos los hechos. Más de 2.500 millones de seres humanos carecen hoy de sistemas sanitarios adecuados. Se calcula que 884 millones de personas, la mayoría de ellas africanas, no tienen acceso al agua potable. Alrededor de 1,5 millones de niños menores de cinco años mueren anualmente a causa de enfermedades transmitidas por el agua. El deterioro de la calidad de las aguas en ríos, arroyos, lagos y mantos freáticos tiene consecuencias directas sobre los ecosistemas y la salud humana. Esta situación constituye una tragedia humana indescriptible y un obstáculo importante para el desarrollo.

Las enfermedades vinculadas al agua, y los trastornos financieros que acarrean, reducen las posibilidades de que las familias pobres consigan educar a sus hijos. A su vez, esta situación priva a la nueva generación de la oportunidad de mejorar sus propias condiciones de vida y de romper el círculo vicioso de la pobreza y escasez en que está atrapada. Agua limpia e instalaciones sanitarias adecuadas son el punto de partida. Todo método clave para tratar los problemas que plantea la calidad del agua debe basarse en la prevención de la contaminación y las estrategias de control y restauración.

Numerosos ríos que fueron antaño fuente de prosperidad y albergue de rica fauna, están ahora gravemente contaminados y sobreexplotados. El deterioro de la calidad del agua en la superficie y en los sistemas freáticos está agravando la escasez de recursos hídricos, con repercusiones negativas en nuestro entorno natural y los bienes y servicios vinculados al ecosistema que éste ofrece, poniendo en peligro la seguridad alimentaría y los medios de subsistencia.

En esta época de restricción de gastos, cuando las dificultades económicas comprometen las inversiones destinadas al desarrollo, debemos decir claramente que los avances en materia de desarrollo se autofinancian con creces. Se calcula que el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en lo relativo al acceso a agua limpia y servicios sanitarios, generaría un ahorro superior a los 84.000 millones de dólares. Disponemos ya de los conocimientos científicos necesarios para realizar grandes progresos en el suministro de agua limpia y equipos sanitarios, siempre y cuando pueda obtenerse la financiación necesaria. Los investigadores están creando nuevos e ingeniosos métodos para proteger de la contaminación las aguas de superficie y los mantos freáticos, y garantizar así una mejor gestión de los recursos hídricos.

En su calidad de organismo rector de Naciones Unidas para la ciencia y la educación relativas al agua, la UNESCO impulsa toda una gama de programas con miras a ampliar estas competencias. El Programa Hídrico Internacional de la UNESCO participa activamente en el fomento de la ciencia y el conocimiento para proteger la calidad de las aguas superficiales y los sistemas freáticos. Asimismo, la Organización contribuye a la vigilancia del estado de los recursos de agua dulce del plantea mediante el Informe de Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo, coordinado por el Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos, cuya secretaría la UNESCO acoge y orienta. Desde 2003 la UNESCO ha supervisado la formación en materia de recursos hídricos de docenas de científicos e ingenieros de países en desarrollo, en el Instituto UNESCO-IHE para la Educación relativa al Agua, una institución de categoría mundial con sede en los Países Bajos. Asimismo, la UNESCO promueve la creación de capacidades con miras a una mejor ordenación de los recursos hídricos mediante los centros y las cátedras sobre el agua que auspicia en diversas partes del mundo.

Aún queda mucho por hacer si queremos mejorar la vida de millones de personas. En este Día Mundial del Agua, exhorto a los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y todas las partes interesadas a que pongan el objetivo de “Agua limpia para un mundo sano” entre sus principales prioridades.

Fuente:
UNESCO
Sra. Irina Bokova
Directora General de la UNESCO.

22 febrero, 2010

Crónica de la II Conferencia Internacional sobre Escasez del Agua y Sequía. El camino hacia la adaptación al Cambio climático.

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Los pasados días 18 y 19 de febrero, se celebraron en Madrid las II Conferencias Internacionales sobre Escasez del Agua y Sequía, organizadas por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino. El número de asistentes, así como la configuración del programa, contribuyeron a que el nivel de debate y exposiciones fuese el propio de un foro internacional de primer nivel en materia de aguas, dando como resultado la exposición de interesantes planteamientos y conclusiones en cuanto a la definición de estrategias de gestión para adaptar la planificación de los recursos hídricos al actual escenario de Cambio climático y fuerte variabilidad en las precipitaciones y regímenes de disponibilidad hídrica.

El programa de las segundas Conferencias Internacionales -recordemos que las primeras se celebraron en junio de 2007 en Sevilla, cuando todavía era Ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona- estuvo compuesto por destacados expertos y gestores nacionales e internacionales, así como de funcionarios y asesores de la Comisión Europea y otras instituciones de la UE en materia de aguas. Si bien es cierto que la composición del programa adoleció de una importante carencia, en cuanto que no incorporó representación académica del sector universitario de nuestro país.

Las distintas áreas temáticas desde las que se abordó el tema de las Conferencias sobre, escasez y sequía, fueron: “La DMA y la escasez de agua y sequía”; “Gestión de escasez de agua y sequías”; “Agua y Agricultura”; “Impactos medioambientales, sociales y económicos de la sequía”; “Agua y Cambio climático”; “Innovación y Tecnología frente a la escasez de agua” y “Soluciones alrededor del mundo”.

El primer día, tras las intervenciones de la Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, y su la directora general del agua, Marta Morén, fueron especialmente interesantes las intervenciones de Gabriel Borrás, como representante de la Agencia Catalana del Agua, Mario Urrea, de la Confederación Hidrográfica del Segura y Fernando Magdaleno, del CEDEX, España. Gabriel Borrás (ACA) presentó el nuevo Plan de Gestión del Distrito de Cuenca Fluvial de Cataluña como el nuevo instrumento de planificación para el periodo 2010-2015, en el ámbito territorial de competencia de la Generalitat de Cataluña. Al respecto, fueron especialmente interesantes dos declaraciones en el sentido de indicar, por una lado, que la ACA sólo contribuye a financiar programas de modernización de regadío que liberan caudales para devolverlos a los ríos, y por otro, que gran parte de la financiación del diferencial entre costes repercutidos y reales de las medidas contempladas en el nuevo Plan y Programa de Medidas de la ACA, se sufragarán vía Disposición Adicional tercera del Estatuto de Autonomía de Cataluña.

Por su parte Mario Urrea, de la Confederación Hidrográfica del Segura, hizo una interesante exposición de las actuaciones en materia de gestión de la demanda en contextos de escasez y sequía desarrolladas en la Cuenca del Segura, como Cuenca Piloto para el desarrollo de indicadores de sequía, dentro del marco del Grupo de Expertos en Escasez de Agua y Sequías. Mario Urrea hizo asimismo una detallada exposición de la normativa legal aparecida sobre la materia, con la aprobación de distintos Reales Decretos y Reales Decretos Legislativos en materia de adopción de medidas urgentes y sequía. Finalmente destaco la vital importancia de la adecuada integración de los Planes Especiales de Sequía en las revisiones de los Planes de Gestión de cuenca para evitar el fracaso de la nueva planificación.

De alto valor fue la intervención de Fernando Magdaleno, investigador del CEDEX, España, en materia de los nuevos métodos y sistemas de cálculo e implantación de caudales ecológicos. Fernando Magdaleno expuso el amplísimo trabajo de campo desarrollado sobre el estudio de los efectos en los ecosistemas y biodiversidad para la implantación del sistema y metodología del nuevo régimen de caudales ecológicos que habrá que incorporar a los nuevos Planes de Gestión de cuenca.

En el segundo día, destacaron las intervenciones de Marco Gasparinetti, Pier de Pous y Donald Wilhite. Marco Gasparinetti, como experto de la Comisión Europea, desarrollo las previsiones relativas a agua y sequía contenidas en el documento de adaptación al Cambio climático de la UE, conocido como Libro Blanco. Adaptación al Cambio climático: hacia un marco europeo de actuación. Destaco las necesidades de aumentar la resistencia de la agricultura y los bosques, con el desarrollo de políticas de preservación del suelo, y el elemento de la nueva PAC para desempeñar un papel central de cara a la adaptación de la producción, proporcionando un marco adecuado para una producción sostenible. Asimismo, en relación con el agua, Gasperinetti insistió en la labor de implementación del marco jurídico contenido en la Directiva Marco del Agua con el desarrollo y aprobación de los Planes de Gestión de cuenca, como uno de los principales elementos para la adaptación de la gestión de los recursos hídricos a los actuales contextos de escasez, debiendo considerarse en la revisión de 2012 de la Directiva Marco del Agua, y en la Estrategia para la Escasez de Agua y las Sequías, opciones dirigidas a aumentar la capacidad de almacenamiento de agua de los ecosistemas con objeto de reforzar la resistencia a las sequías y reducir el riesgo de inundaciones.

Pier de Pous, como experto de la Oficina Europea de Medio Ambiente, explicó las diferencias existentes entre los conceptos de “excasez de agua”, y sequías hidrológicas y meteorológicas. En este sentido, Pier insistió en la común confusión instalada en la mentalidad de las autoridades públicas, tendente interpretar que los problemas derivados de las disfunciones entre la demanda y la oferta de recursos hídricos, son únicamente consecuencia de los efectos de las sequías hidrológicas o meteorológicas. En opinión de Pier de Pous, estos errores de concepto contribuyen al desarrollo de insostenibles políticas de continuo dimensionamiento de la oferta, sin introducir mecanismos correctores de la demanda y eficiencia en los usos.

Finalmente, Donald Wilhite, del Centro Nacional de Mitigación de Sequías de EE.UU. realizó una de las intervenciones más brillantes, explicando el Know how acumulado en EE.UU. en materia de planificación, monitorización de indicadores, evaluación del riesgo por sequía y mitigación de sus efectos. El Prof. Donald Wilhite insistió en que los políticos y autoridades públicas deben abandonar los planteamientos de gestión “hidroilógicos” y destacó la necesidad de perfeccionar los Planes de Sequía, incorporando a los mismos sistemas de gestión flexibles y constantemente adaptativos a los contextos climáticos y meteorológicos.

Como conclusión, las segundas Conferencias Internacionales sobre Escasez del Agua y Sequía pusieron de manifiesto la necesidad de tener en cuenta las proyecciones del Cambio climático en la gestión de recursos hídricos en el ámbito regional europeo, y muy especialmente en España. En este sentido, Josep Puxeu afirmo que “el cambio climático es una realidad incuestionable” y que “el cuidado del planeta es una obligación y la crisis no puede ser una excusa”. Al Secretario de Estado de Medio Rural y Agua lo acompaño en la conferencia de clausura el Director General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Karl Falkenber, el cual advirtió a España de que en cuencas internacionales como la del Danubio, diez Estados miembros de la UE han sido capaces de ponerse de acuerdo, aprobando inicialmente y sometiendo a consulta pública, el Plan de Gestión de esta importante cuenca. Poniendo en evidencia el hecho de que en España el Ministerio que dirige Elena Espinosa todavía no ha presentado a información pública ninguno de sus Planes de Gestión de las demarcaciones españolas.

Es en este sentido en donde las asociaciones y colectivos conservacionistas consideran que las segundas Conferencias Internacionales sobre Escasez del Agua y Sequía han puesto de manifiesto el incumplimiento por el Ministerio de Elena Espinosa del objetivo más importante a corto plazo de los mandatos establecidos por la Directiva Marco de Aguas, como es la presentación de los Planes Hidrológicos o de Gestión de las Demarcaciones en el plazo previsto. Al respecto, varios colectivos conservacionistas aprovecharon el desarrollo de estas Conferencias para exponer su documento titulado Decálogo para abordar la escasez del agua y la sequía: Propuestas desde la sociedad civil.

En resumen, el panorama no es tan decepcionante como por algunos colectivos se considera, si bien es cierto que, ante el incumplimiento de los plazos en la presentación de los Planes de Gestión de Demarcación Hidrológica, se debería de acelerar su actual estado de tramitación y desarrollo, presentando los mismos a consulta pública antes de que finalice el primer semestre del año 2010. Al respecto, España debe de ser ambiciosa y situarse en la vanguardia europea en materia de gestión de la escasez del agua, planificación y prevención de sequías, incorporando adecuadamente los Planes Especiales de Sequía a la nueva planificación hidrológica, desarrollando las obligaciones y previsiones que ya contiene nuestro actual artículo 27 del Plan Hidrológico Nacional. Con ello España podría ser una seria y firme candidata a aspirar a albergar el Observatorio Europeo de la Sequía, antes de que finalice la Presidencia española de turno de la UE. Es más, Zaragoza contará con el Centro de Investigación sobre el Cambio Climático más vanguardista de Europa, y el mismo supone un elemento clave en la decisión de dónde ubicar el futuro Observatorio Europeo de la Sequía.

15 octubre, 2009

Agua y Cambio Climático: nuevos modelos de gestión hídrica.

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La tercera edición del Informe de Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo: "El agua en un mundo en cambio", determina que las proyecciones sobre el cambio climático indican que en el próximo siglo nuestro planeta se calentará entre 1,4 y 5,8 grados centígrados, dependiendo de los niveles de emisiones de gases efecto invernadero emitidos. Asimismo establece las evidentes correlaciones existentes entre los cambios de nuestros actuales patrones climáticos y la calidad y cantidad de agua disponible para los seres humanos y el medio ambiente, pronosticando la intensificación de fenómenos climáticos extremos como inundaciones y sequías.

El último
Informe del Banco Mundial de febrero de 2009, para las zonas de América Latina y el Caribe, determina que como consecuencia del cambio climático se observan importantes cambios en los patrones pluviales de la región. Algunas zonas como el sur de Brasil, Paraguay y Uruguay registran más lluvia, mientras que en otras ha disminuido, como en el sur de Chile, el sudoeste de Argentina y el sur de Perú. Los fenómenos climáticos extremos son más comunes en varias zonas de la región e incluyen un mayor número de períodos de intensas lluvias y de días consecutivos secos que dan lugar a graves periodos de sequía como el que estos dos últimos años ha sufrido Argentina.

El Technical Paper nº VI del IPCC de junio de 2008:
El cambio climático y el agua, afirma que los registros de observaciones y las proyecciones climáticas aportan abundantes evidencias de que los recursos de agua dulce pueden resultar gravemente afectados por el cambio climático, estableciendo entre sus principales conclusiones a resaltar las siguientes:

- El calentamiento observado durante varias décadas ha estado vinculado a cambios experimentados por el ciclo hidrológico en gran escala.

- Según las proyecciones realizadas, la intensidad y la variabilidad crecientes de las precipitaciones agravarían el riesgo de inundaciones y sequías en numerosas áreas.

- Las proyecciones indican que las reservas de agua almacenada en los glaciares y en la capa de nieve disminuirán en este siglo.

- Los cambios de la cantidad y calidad de agua por efecto del cambio climático afectarán a la disponibilidad, la estabilidad, la accesibilidad y la utilización de los alimentos.

- Las prácticas de gestión hídrica actuales pueden no ser suficientemente sólidas para contrarrestar los efectos del cambio climático sobre la fiabilidad del abastecimiento, el riesgo de inundación, la salud, la agricultura, la energía o los ecosistemas acuáticos.

Se constata por los máximos organismos y expertos internacionales, que el cambio climático implica importantes variaciones en los regímenes de precipitaciones y niveles de disponibilidad de recursos hídricos para una población en fase de fuerte expansión demográfica así como para los ecosistemas y medio ambiente. Negar esta realidad implica a día de hoy un nivel de inconsciencia que no nos podemos permitir, pues precisamente en la semana previa a la fecha de publicación de este post en España hemos tenido conocimiento por distintos medios del irreversible deterioro ambiental que sufre desde al año 2005 el
Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

Las lecturas y conclusiones que se derivan de los pronósticos y análisis contenidos en los informes citados -así como de realidades tales como la grave situación ambiental de las Tablas de Daimiel en España-, es que en la actualidad nuestros modelos de gestión hídrica son insuficientes para hacer frente a las situaciones descritas, haciendo especialmente vulnerable nuestro país a fenómenos de sequía y variabilidad en el régimen de las precipitaciones y niveles de disponibilidad de recursos hídricos.

Si observamos nuestros actuales instrumentos de gestión hidrológica, como son los Planes Hidrológicos de las distintas cuencas o demarcaciones hidrográficas de nuestro territorio, observamos como la sequía como fenómeno hídrico se gestiona desde la excepcionalidad y la propia urgencia, como si de una situación coyuntural y temporalmente limitada en el tiempo se tratase. Pues bien, con el actual contexto de cambio climático y sus evidentes repercusiones en nuestros recursos hídricos y ecosistemas estos modelos e instrumentos de gestión hídrica deben ser profundamente adaptados a los nuevos escenarios de cambio climático.

Tal es el objetivo que intenta desarrollar la Directiva Marco de Aguas, la cual no aborda directamente cuestiones relativas al cambio climático pero aporta la determinación de objetivos y los instrumentos de revisión necesarios de las actuales políticas hídricas, con una gran oportunidad de incorporar los mismos a la próxima revisión de los Planes Hidrológicos de nuestras cuencas o demarcaciones, que deberá de tener lugar antes del 31 de diciembre de 2009.

En este sentido, tal y como explica el
Profesor Delgado Piqueras la adaptación de la política hidrológica europea al cambio climático es el tema que aborda la Comunicación de la Comisión de 18 de julio de 2007, que lleva por título «Afrontar el desafío de la escasez de agua y la sequía en la Unión Europea» (COM (2007) 4141 final, no publicada en el DOCE). En ella se constata que las sequías e inundaciones son fenómenos más frecuentes y extremos a causa el cambio climático. Esta afirmación deja de lado las teorías negacionistas del calentamiento global y sienta un punto de certeza, al menos suficiente como para extraer las debidas consecuencias y ponerse manos a la obra. Propone la Comisión establecer una distinción fundamental, pues la sequía propiamente dicha consiste en un déficit pluviométrico, mientras que la escasez significa que las necesidades de agua son superiores a los recursos explotables. El primero es un fenómeno coyuntural, más o menos imprevisible. El segundo supone un problema estructural. Las medidas a aplicar frente a uno y otro problema, como es lógico, no pueden ser las mismas, so pena de aplicar un tratamiento errado que, en lugar de aportar soluciones, agrave las situaciones, tal y como explica el Prof. Delgado Piqueras.

Partiendo de estas premisas, en la actualidad no son viables modelos de gestión hídrica únicamente basados en el continuo dimensionamiento de la oferta y en la ilimitada disponibilidad de recursos hídricos, con una práctica ausencia de medidas específicas de prevención y gestión integral de la sequía y situaciones de escasez hídrica continuada. El contexto del cambio climático y episodios como el anteriormente descrito en las Tablas de Daimiel hacen inminente el desarrollo de instrumentos específicos de planificación y gestión en materia sequía para su incorporación al proceso de revisión general de los Planes Hidrológicos de cuenca o demarcación.

De lo anterior dependerá el llegar a adaptar y evolucionar nuestros actuales modelos de gestión hídrica al nuevo contexto de cambio climático y a situaciones continuadas de déficit hídrico. En concreto es necesario la creación de una red de indicadores de sequía, a través del establecimiento de un sistema de indicadores hidrológicos por las Confederaciones Hidrográficas que permitan prever y minimizar los impactos ante situaciones de escasez. Dicha red de indicadores servirá de referencia general para los Organismos de Cuenca (Confederaciones Hidrográficas) para la declaración formal y protocolizada de situaciones de sequía y escasez.

Junto con el establecimiento de dichos indicadores, el artículo 27 del Plan Hidrológico Nacional determina que en julio de 2003 deberían de haberse aprobado por los Organismos de Cuenca los Planes Especiales de actuación en situaciones de alerta y eventual sequía (en adelante, PES). Dichos planes fueron aprobados para cada una de las distintas Confederaciones Hidrográficas, a través de Orden MAM/698/2007, de 21 de marzo, por la que se aprueban los Planes Especiales de actuación en situaciones de alerta y eventual sequía en los ámbitos de los planes hidrológicos de cuencas intercomunitarias.

Estos PES contienen reglas de explotación de los embalses y sistemas, así como un amplio conjunto de medidas en relación con el uso del dominio público hidráulico que se aplican en función de los distintos escenarios previstos. Dichos Planes Especiales se constituyen en programas de medidas protocolizados con un alcance significativamente mayor que los actuales Decretos medidas excepcionales y urgentes ante la sequía (de gestión temporal y coyuntural).

Por otra parte encontramos herramientas de gestión, propiamente de lucha contra la sequía en los Protocolos de actuación, como instrumentos a través de los cuales se establecen criterios y medidas específicas basados en la experiencia de gestión adquirida. Con dichos Protocolos de actuación se han intentado suplir transitoriamente la falta de aprobación de los Planes Especiales, pero con escaso éxito. Estos Protocolos de actuación han sido completados mediante la realización de sucesivos informes de seguimiento de la sequía con la intención de ir adaptando las medias oportunas a adoptar en cada momento.

Sobre la base de las anteriores herramientas y posibilidades de desarrollo normativo en materia de planificación, gestión integral e implementación de políticas de lucha contra la sequía, se desprende que tenemos dos modelos bien diferenciados que constituyen el antes y el después de la gestión de la sequía en España. Un modelo planificado que responde, o ha de responder, a los mandados de lo establecido en el artículo 27 del Plan Hidrológico Nacional (red global de indicadores de sequía y Planes Especiales de actuación en situaciones de alerta y eventual sequía, Planes de Emergencia de las entidades suministradoras) y un modelo puramente coyuntural representado por los Decretos de sequía como forma de actuación parcial contra la sequía consistente en los clásicos listados o catálogos de actuaciones de emergencia, incluidos como anexos de estos tradicionales Decretos, con determinación de aquellas infraestructuras que han de ser ejecutadas para evitar la crisis de los sistemas de abastecimiento ante alto riesgo de fallo en el suministro.

A este respecto, debemos de considerar como la realidad de los hechos pone de manifiesto que el cambio climático y la sequía en España, en el momento presente, ha pasado a convertirse en un problema continuo cuya “excepcionalidad” debería de estar contemplada dentro de la normalidad de la gestión de los recursos hídricos en un ámbito típicamente mediterráneo como es el peninsular, sin tener que recurrir a la continua aprobación de Decretos de urgencia en materia de sequía y a las exclusivas y parciales políticas de regulación intensiva. Es necesario por lo tanto un cambio sustancial en los actuales modelos de gestión hídrica de nuestro país, a través de una adaptación de los mismos al actual escenario de cambio climático y escasez continuada de recursos hídricos, lo contrario supondría que situaciones de irreversible deterioro ambiental, como la que actualmente sufren el humedal de las Tablas de Daimiel, se repitan y generalicen afectando a gran parte de nuestros ecosistemas, ríos y humedales.